LOS MOTORES DEL CRECIMIENTO SIGUEN DEBILITADOS
La inversión, que es el principal motor del crecimiento debido a la capacidad que tiene para generar acervo de capital en el largo plazo, sigue mostrando señales de un constante debilitamiento.
Con base en cifras originales publicadas por el INEGI, en abril pasado la inversión total cayó 12.5% respecto al mismo mes del año pasado, lo que significó su mayor descenso desde octubre del 2020, en pleno periodo de la pandemia.
Resalta, dada su mayor participación relativa, la caída de 11.9% en la inversión privada, que fue el origen del 85.2% de la caída mencionada en la inversión total. Esto se podría relacionar con la creciente incertidumbre que propicia menores niveles de confianza. Los dirigentes empresariales no consideran este un buen momento para invertir ante la preocupación por factores internos y externos.
La inversión pública, que se contrajo 17.8% anual en abril, si bien solo fue el origen del 14.8% de la caída de la inversión total, refleja los esfuerzos del sector público para ajustar el gasto a su meta de reducir el déficit al cierre del año. Sin embargo, esto puede afectar los proyectos de infraestructura necesaria para la actividad productiva, aumentando la cautela de la inversión privada.
El rezago en infraestructura perjudica a toda la sociedad mediante la escasez o falta de calidad de servicios y se refleja en un encarecimiento de las operaciones del sector privado, generando pérdida de competitividad y de productividad. Además, reduce la rentabilidad de proyectos de inversión que pueden contribuir a la recuperación de la actividad económica y el empleo.
Es importante considerar que, ante la debilidad de las fuentes de recursos públicos que ha limitado la inversión pública, es indispensable que el gobierno federal considere deslindar algunas actividades al sector privado, lo que contribuiría a fortalecer el impulso del aparato productivo del país.
Más inversión es clave para la recuperación de la economía. Actualmente la debilidad en los resultados de diversos indicadores económicos muestra los efectos de la coyuntura interna y externa. No hay señales claras de un ambiente propicio para el aumento espontáneo de la inversión y el consumo.

Un aspecto relevante en este contexto es la evolución del empleo, en especial del sector formal de la economía, que además de ser el que refleja con mayor precisión la calidad y fortaleza con que funciona el aparato productivo, también evidencia la eficiencia de las políticas de empleo del país.
De acuerdo con las cifras más recientes del IMSS, en junio el número de trabajadores afiliados se redujo en 46,378 registros, lo que significó su tercer mes consecutivo con reducciones. Esto significa que en los primeros seis meses del año el total de registros aumentó en solo 82,287, que después de la reducción de 921 mil registros en el mismo mes de junio del 2020, por motivos de la pandemia, es el segundo más bajo para el mismo mes desde la crisis de 2009.
También es importante tener en consideración que en los últimos doce meses los trabajadores registrados aumentaron en solo 6,222, lo que significó una tasa de crecimiento anual de 0.03%, su menor avance desde el comportamiento negativo en 2021 como consecuencia del confinamiento sanitario.
Tal parece que en este entorno la cautela de los consumidores aumenta, reflejándose en un debilitamiento del crecimiento del consumo.
Las cifras del INEGI muestran que en abril el consumo privado creció 0.7% respecto al mismo mes del año pasado, un buen desempeño si se considera que en los cuatro meses previos tuvo variaciones anuales negativas de manera ininterrumpida. Sin embargo, la estimación oportuna del INEGI anticipa que en mayo el comportamiento del consumo privado vuelve a terreno negativo al prever una disminución anual de 0.5%.

A pesar de los esfuerzos de las autoridades para enfrentarlos, en opinión de los especialistas del sector privado, los elevados niveles de inseguridad pública se mantienen como el principal factor que puede obstaculizar el crecimiento de la economía, seguido de la creciente preocupación de los efectos negativos que pueden generar las políticas instrumentadas por el presidente Trump.
Pero no solo eso, el entorno se complica cuando los especialistas señalan que aspectos como el crimen, la falta de estado de derecho y la corrupción siguen siendo considerados como los principales obstáculos para hacer negocios en México.
En un entorno como este los niveles de incertidumbre aumentan rápidamente para convertirse en una limitante para la inversión, lo que se convierte en un factor que inhibe la creación de empleo.
No obstante, es importante señalar que la inversión no dejará de fluir en el país, aunque podría no ser suficiente para impulsar un mayor crecimiento económico. Por una parte, la cautela del sector privado y por otra un menor gasto público con el objetivo de reducir el déficit de las cuentas públicas, podrían inhibir el aumento de la inversión total.
Es claro que los principales motores del crecimiento se mantienen debilitados sin indicios de un mejor desempeño en el corto y mediano plazos.
México
El INEGI informó que durante junio los precios al consumidor aumentaron 0.28%, porcentaje similar, tanto al incremento del mes previo como a la estimación de los especialistas del sector privado. Este resultado provino, principalmente, del aumento de 0.39% en el subíndice de precios subyacente, dentro del cual los precios de mercancías crecieron 0.41% y los de servicios 0.38%. Los precios del subíndice no subyacente disminuyeron 0.10%, como consecuencia de una baja de la misma magnitud tanto en los precios agropecuarios como en los de energéticos y tarifas autorizadas por el gobierno. Con estos resultados la inflación anual se ubicó en 4.32%, porcentaje que, si bien es ligeramente menor al reportado el mes previo, se mantiene por arriba del rango estimado por el Banco de México de 3.0% +/- 1 punto porcentual. La inflación subyacente anual fue de 4.24%, la más alta en los últimos catorce meses. La inflación anual no subyacente fue de 4.33%.

En mayo la producción industrial reportó un avance mensual de 0.6%, aunque esto no fue suficiente para evitar que en su comparación anual se mantuviese en terreno negativo al reportar una caída de 0.4%, acumulando tres meses consecutivos a la baja. A su interior, la construcción registró un aumento mensual de 2.8%, aunque respecto al mismo mes del año pasado se contrajo 1.0%. En el caso de la generación, transmisión, distribución y comercialización de energía eléctrica, suministro de agua y de gas natural por ductos al consumidor final se observó un avance mensual de 0.4%, pero una caída anual de 3.8%. Por su parte, la minería se contrajo 1.1% durante el mes, lo que propició que en su comparación anual cayera 8.4% anual, acumulado 24 meses consecutivos con variaciones anuales negativas. En el caso de la manufactura se observó un avance mensual de 0.1%, permitiendo que en términos anuales tuviese un aumento de 1.4%.

Estados Unidos
De acuerdo con el reporte de la Reserva Federal, durante mayo el crédito al consumo aumentó en 5,102 millones de dólares (md), después de un aumento de 16,871 md del mes previo. Este comportamiento respondió principalmente al aumento de 8,576 md en el crédito no revolvente, toda vez que el revolvente se redujo en 3,474 md. En términos relativos esto significó que, en comparación con el mismo mes del año anterior, el crédito al consumo aumentara 0.4%, dentro del cual el no revolvente se elevó 1.4% y el revolvente cayó 2.5%.

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