EL BIENESTAR DE LOS HOGARES REQUIERE MÁS EMPLEOS DE CALIDAD
Mejorar el bienestar de los hogares solo podrá lograrse con la creación sostenida de empleos bien remunerados. Los datos del mercado laboral reflejan la necesidad de nuevos puestos de trabajo que solo será atendida a través de mayores flujos de inversión que propicien un impulso de la actividad productiva.
Considerar que la población desocupada (1.5 millones de personas) es el indicador más amplio de los empleos que requiere el país es una visión parcial. De hecho, esto esconde una realidad poco agradable sobre las necesidades reales de los hogares.
El hecho de no tener empleo, pero estar buscándolo activamente, es la forma en que se define el desempleo. Sin embargo, también están aquellos que tienen un empleo de tiempo parcial, pero que requieren un trabajo de tiempo completo y se definen como población subocupada (3.9 millones de personas).
Tal vez lo más preocupante se refleja en todas aquellas personas que desistieron de buscar un empleo y los que no lo hacen por considerar que no tienen posibilidad de encontrarlo a pesar de estar disponibles para trabajar, los cuales se reportan como población no económicamente activa disponible (5.3 millones de persona).
Cifras de la Encuesta Nacional de Ocupación y Empleo (ENOE) del primer trimestre del año muestran que la suma de estos segmentos, que se define como brecha laboral, asciende a un total de 10.7 millones de personas que están en busca de un puesto de trabajo o cambiar por uno de tiempo completo. Esta cifra, si bien se ha venido reduciendo, aún está muy alejada de los 1.6 millones de personas definidas como desempleados en el país.

En este contexto, se puede decir que una disminución en los niveles de desempleo no siempre refleja una situación favorable, toda vez que esa dinámica puede redundar en aspectos como un mayor nivel de subocupación o más personas que dejaron de buscar un empleo tras considerar que no tienen posibilidad de conseguirlo.
Esta situación refleja, en parte, la razón por la cual la economía no se recupera plenamente, toda vez que además de la significativa necesidad de nuevos puestos de trabajo, es esencial que sean trabajos de tiempo completo y mejor remunerados.
Dada la acotada demanda de empleos por parte de las empresas y establecimientos y la importante oferta de empleo por parte de la población, se genera un fenómeno de salarios bajos, toda vez que quienes logran colocarse están dispuestos a aceptar salarios más bajos con tal de no perder la oportunidad de tener un ingreso seguro.
Si bien el salario mínimo ha aumentado significativamente a partir de 2019 beneficiando a los trabajadores de menores ingresos, también es cierto que esto pudo incidir en la precarización del mercado laboral. Tan solo hay que observar que, del cierre del 2018 al primer trimestre de este año, mientras que el número de trabajadores que ganan hasta dos salarios mínimos aumentó en 17.5 millones de personas, los que tienen ingresos superiores a dos salarios mínimos se redujo en 13.9 millones.
Es un hecho que la generación de más puestos de trabajo y mejor remunerados debe ser un objetivo inmediato. Solo de esta manera será posible mejorar la situación de los hogares, impulsar el mercado interno, mejorar los niveles de confianza del consumidor y del sector empresarial, de tal manera que la inversión aumente de manera sostenida para fortalecer el crecimiento del país.
En este entorno es importante señalar que mientras que las autoridades afirman que la evolución reciente de los principales indicadores económicos del país muestra un proceso de recuperación que llevará a un ritmo de crecimiento económico mayor, la percepción de los directores de empresas y los consumidores no parecen coincidir con dicha previsión. Además, es posible que estas últimas opiniones se sigan deteriorando frente a la debilidad que muestran los principales indicadores económicos.
Es un hecho que la confianza es un factor fundamental que contribuye, por una parte, al fortalecimiento de la inversión privada, lo que finalmente se convierte en una mayor posibilidad de crear más fuentes de trabajo y, por otro, incide también de manera importante en las decisiones de consumo de los hogares, lo cual se refleja en un mayor dinamismo del mercado interno. Sin embargo, la confianza empresarial, que se relaciona con la evolución de la inversión y el empleo, sigue mostrando un comportamiento negativo, de tal manera que los indicadores de opinión del sector manufacturero, comercio y construcción se ubican por debajo del umbral de los 50 puntos, lo que refleja en buena medida la incertidumbre de los directores de empresas sobre la evolución reciente y futura del mercado interno, pero también del papel que juega el sector externo, en especial frente a la preocupación por la política arancelaria instrumentada por los Estados Unidos.

Respecto a la confianza del consumidor también se observan signos de mayor incertidumbre, especialmente por la complejidad de conseguir empleos de mayor calidad. Si bien a lo largo de su historia este indicador nunca ha superado el umbral de los 50 puntos, en los meses recientes muestra signos de mayor debilidad.

Evidentemente la opinión sobre el estado actual y futuro de la economía, por parte de las empresas y de los hogares, no anticipa una mejora importante en el ritmo de crecimiento de la actividad productiva en el corto y mediano plazos, lo que sugiere que la percepción sobre la debilidad del estado de derecho, los elevados niveles de inseguridad e impunidad y los posibles efectos negativos de la reforma judicial podrían seguir limitando un mejor entorno de negocios, motivando que los pronósticos de crecimiento se sigan ajustando a la baja.
Mientras la percepción sobre el contexto económico no mejore, es poco probable que tanto las empresas como los hogares tengan los incentivos necesarios para invertir y consumir.
El país está en un momento en el que es fundamental avanzar en materia de seguridad jurídica y en la eficiencia de las instituciones.
México
El INEGI informó que durante la primera quincena de junio los precios al consumidor aumentaron 0.10%, impulsados principalmente por el alza de 0.22% en los precios del indicador de precios subyacente. Al interior del indicador subyacente resalta el incremento de 0.25% en los precios de servicios, en especial por el aumento de 0.36% en el rubro de otros servicios, que contempla, entre otros, los precios relacionados con loncherías, fondas y taquerías, restaurantes y similares, servicio de telefonía móvil, mantenimiento de automóvil, consulta médica y servicios turísticos en paquete. Los precios del rubro de mercancías se elevaron 0.19%, resaltando el aumento de 0.25% en mercancías no alimenticias. Los de alimentos bebidas y tabaco aumentaron 0.12%. En el caso del indicador no subyacente los precios disminuyeron 0.29% en la primera quincena, como consecuencia de la baja de 0.53% en los precios agropecuarios y de 0.08% en los de energéticos y tarifas autorizadas por el gobierno. De esta manera, en su comparación anual, la inflación de la primera quincena de junio se ubicó en 4.51%, manteniéndose fuera del rango estimado por el Banco de México. La inflación subyacente fue de 4.20% anual y la no subyacente de 5.25%.

El reporte del INEGI muestra que en mayo la población ocupada del país sumó 59,967,645 personas, lo que significó un aumento de 153,797 respecto al mismo mes del año pasado. Sin embargo, este resultado respondió principalmente al aumento de 366,534 personas que se integraron a la informalidad, toda vez que los ocupados en la formalidad disminuyeron en 212,737 personas. En términos relativos la ocupación aumentó solo 0.3%, porcentaje que, si bien mejoró modestamente, muestra una clara tendencia a la baja.

Durante mayo el valor total de las exportaciones totales disminuyó 0.4% anual, principalmente por la caída de 35.2% en las exportaciones petroleras, que reflejó tanto un menor precio del abril de exportación como una menor plataforma de exportación. Las exportaciones no petroleras crecieron 1.8%, dentro de las cuales la agropecuarias disminuyeron 6.6%. Por su parte, las extractivas aumentaron 36.6% y las manufactureras 1.5%. Sin embargo, al interior de estas últimas las exportaciones automotrices cayeron 9.0%. Las importaciones aumentaron 1.4%, resaltando las de bienes intermedios que crecieron 4.0%. Por el contrario, las de bienes de consumo cayeron 0.5% y las de bienes de capital bajaron 15.0%, señal del debilitamiento de los niveles de inversión. No obstante, el saldo de la balanza comercial en mayo fue superavitario en 1,029 millones de dólares. De forma acumulada el saldo en el periodo enero-mayo fue positivo en 2,038 millones de dólares.

Estados Unidos
De acuerdo con la tercera estimación del Departamento de Comercio, en el primer trimestre del año el PIB registró una caída anualizada de 0.5%, superior a tanto a su estimación previa, como al pronóstico del mercado, que en ambos casos era una disminución de 0.2%. Esto respondió principalmente a revisiones a la baja en los rubros de gasto en consumo, inversión y exportaciones. Si bien el gasto en consumo aumentó 0.5%, este porcentaje se corrigió a la baja de un avance de 1.2% en la estimación previa. El crecimiento de la inversión privada también se corrigió a la baja de 24.4% a 23.8%. En la última revisión las exportaciones aumentaron solo 0.4%, después de que en su estimación previa lo hiciera en 2.4%. Por su parte, las importaciones se elevaron 37.9%, aunque también por debajo de su previsión anterior de 42.6%. El gasto público disminuyó un 0.6%, frente a una disminución del 0.7% previamente estimada.

El Departamento de vivienda y Desarrollo Urbano informó que, con base en cifras ajustadas a tasa anual, en mayo se vendieron 623 mil viviendas nuevas, cifra inferior a la estimada por el mercado que anticipaba la venta de 700 mil unidades. Respecto al mes previo esto significó una disminución de 13.7%, en tanto que en comparación con el mismo mes del año pasado representó una caída de 6.3%. El precio de venta medio de las viviendas aumentó 3.0% anual, para ubicarse en 426,600 dólares. El debilitamiento de las ventas de vivienda en mayo respondió a los altos precios y las altas tasas hipotecarias que limitaron la demanda.

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